El permiso de conducir

El Permiso de conducir

Analicemos un poco la cuestión. ¿Qué es el permiso de conducir? Pues simplemente un pequeño cartón plastificado que justifica que existe una Autorización Administrativa por la que se nos permite manejar determinados vehículos.
Pero realmente la tenencia de este documento ¿es motivo para asegurar que su poseedor sabe conducir o que su comportamiento en el manejo de ese vehículo va a ser el que corresponde a un verdadero conductor?. Desgraciadamente, la realidad en muchas ocasiones, nos demuestra que no es así.

Todo aquel que desee disponer de un permiso de conducir debería fundamentalmente adoptar la decisión de aprender a conducir, adquiriendo los conocimientos necesarios (no los indispensables) para poder manejar con seguridad el o los vehículos para los que se le va a autorizar su conducción.

La conducción de un vehículo automóvil es mucho más serio e importante de lo que en muchos casos parece dársele.

Vamos a manejar (conducir) una máquina que mal utilizada puede ser una máquina de matar, para nosotros mismos y para los demás.

No vale lo de: “Lo que no sepa ya lo aprenderé con el tiempo”. A algunos, desgraciadamente, no les llega ese tiempo posterior.

Es normal que la mayoría de las personas que pretenden adquirir unos conocimientos para poder desarrollar una actividad de gran responsabilidad o de riesgo, busquen y traten de llevarlo a cabo en Academias, Universidades o Centros de Formación que les proporcione, con seguridad definida, esa preparación necesaria.

Debería ser, por lo tanto, absolutamente lógico que para el aprendizaje de la conducción de un vehículo automóvil se tomase una decisión similar, puesto que lo que se pretende es adquirir unos conocimientos adecuados para poder comportarse con total seguridad en el manejo de esa máquina y que nunca se pueda transformar en una situación de riesgo por no saber como actuar.

Sin embargo, es muy frecuente, que lo que se busque solo sea el menor importe económico y se estudien posibles ofertas, como si fuésemos al supermercado y no nos preocupe la calidad en la enseñanza, que es lo que va a repercutir en una buena preparación y adquisición de conocimientos. En definitiva ¿nos va a proporcionar una seguridad absolutamente indispensable?.

Esa seguridad de la que tanto se viene hablando desde hace mucho tiempo pero que cada año se ve ennegrecida por los resultados que todos conocemos.

Todo el que pretenda aprender a conducir debería tener muy presente lo que tanto la Dirección General de Tráfico como la Confederación Nacional de Autoescuelas dicen con frecuencia: “En la conducción de un automóvil, una buena formación puede salvar tu vida”.

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